miércoles, 5 de abril de 2017

su amor, su desamor y su más vil tortura

Desde que mi madre dejó de darme el pecho tú me has amamantado. Desde que tengo conciencia te recuerdo paseando por la casa sin parar quieta un momento, entrabas y salías, y siempre cambiabas de aspecto, algunos días grande, otros pequeña, a veces feliz y otras enfadada; podías llegar a ser totalmente contraria, como la cara y la cruz de una moneda, pero siempre mantenías tus ojos redondos y tu poderosa cabellera dorada.

Eras tú la que traías la comida, la que arreglabas la caldera, la que me invitaba al cine y me daba mis caprichos. Sabías ganarte a las personas y lo hiciste igual conmigo.

Llegué a la pubertad y empecé a pensar en ti, todo mi futuro lo veía contigo y juro que me esforcé para enamorarte. Pero no solo yo te amaba, aunque fueran pocos tus amantes. Todos querían meterte mano y solo unos pocos se iban contigo a la cama.

Pero yo me esforzaba, pensaba que algún día me calentarías la cama, pero solo me helabas los bolsillos. Cuanto más crecía más te quería y menos te disfrutaba. Era como querer al verdugo que te quiere ahorca.

Hasta que me di cuenta de que solo eres una puta de élite, que, como ya dijo Quevedo, echas de su hogar a los naturales para encontrarte a solas con forasteros. Y del día a la mañana dejé de adorarte. Solo quería que no existieras para así no preocuparme de ti pues cuanto menos te tenía más feliz me sentía.

Yo acabaré encuadrado antes de verte acabada. Desde siempre has estado feliz sin desfallecer y seguirás así hasta que te dejen de desear.

"de un muerto a su amor, su desamor y su más vil tortura, EL DINERO"

No hay comentarios:

Publicar un comentario